Ha sido asesinado el director del Instituto Nacional de Cultura de Panamá, Anel Omar Rodríguez Barrera. En medio de uno de los hechos de esa violencia absurda que cada vez se da más en nuestra ciudad, en medio de un tiroteo entre policías y delincuentes equipados con armas de guerra que intentaban un
asalto frente al edificio principal de la Lotería Nacional de Beneficencia, ha muerto el máximo representante del gobierno ante las fuerzas que dan vida a la Cultura Panameña.

Pasadas las ocho de la mañana Anel Omar Rodríguez se dirigía caminando al Hotel San Remo ubicado a pocos metros del lugar donde sucedió la tragedia, a despedir al director cubano de teatro Raúl Martín y a su equipo, encargados de montar el 7 y 8 de marzo pasado la obra Babilonia Way of Life de la panameña Alondra Badano, cuando se desató la balacera. Cinco personas trataron de asaltar un camión blindado con valores y dinero de la Lotería Nacional de Beneficencia, utilizando globos y otros regalos para confundir a los agentes de seguridad del edificio, mientras dos de ellos disparaban por la espalda a los guardias privados que custodiaban el vehículo, lo que dio inicio al fuego cruzado en el que perdió la vida el Director del Inac y el agente privado Samuel Monroy.
Sin cultura no hay desarrollo ni democracia.—Anel Omar Rodríguez
No es cualquier cosa lo que ha sucedido: Anel Omar Rodríguez es el funcionario de más alta jerarquía en el Gobierno Nacional que ha muerto a consecuencia de la violencia criminal, y todo mientras cumplía con su trabajo en beneficio de la cultura. Trabajo duro en un Instituto Nacional de Cultura que opera con la miseria que el Gobierno destina a la Cultura de Panamá. Trabajo, sin embargo, cuyos resultados positivos se notaban desde que el Sr. Rodríguez Barrera asumió el puesto a finales de 2007.
Paradójicamente, el próximo 20 de marzo, Anel Omar Rodríguez iba a leer poesía en esa misma entrada del Edificio de la Lotería Nacional donde hoy se ha dado este fatal hecho de violencia, como parte de los eventos en conmemoración del Día Internacional de la Poesía. Evento que esperamos que se realice con más fuerza que nunca, con más participación de la ciudadanía y sobretodo del gobierno al que el Director del Inac representaba.
Como ciudadano preocupado, como hombre de letras y representando a los miembros de la Asociación de Escritores de Panamá, repudio enérgicamente este hecho de violencia atroz en el que ha perdido la vida Anel Omar Rodríguez Barrera, pérdida terrible que todos lamentamos y en la que acompañamos en su dolor a la familia Rodríguez.
Y con fuerza, rechazamos esa violencia que está creciendo y seguirá cobrando fuerza en Panamá sino se trabaja más, no sólo en combatirla, sino en prevenirla. Algo que debemos hacer, precisamente, utilizando de manera positiva las diversas manifestaciones de la cultura. Y hacerlo ya, sin esperar a que ocurran más asesinatos de gente valiosa para Panamá.
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Anel Omar Rodríguez Barrera (Aguadulce, 1962 - Panamá, 2009) era abogado, diplomático y pintor, egresado de la Universidad de Panamá y la Escuela Nacional de Artes Plásticas. Ocupó el cargo de Viceministro de Trabajo y Desarrollo Social desde 2004 hasta 2005, de Embajador Extraordinario de Panamá en Cuba desde 2005 hasta septiembre de 2007, cuando asumió la dirección del Instituto Nacional de Cultura.
4 comentarios:
Desde la distancia quiero expresar mi tristeza y asombro por el asesinato del director del INAC. Este acto de violencia es tan amargo en tantos niveles, y tan ironico, que parece mentira que sea cierto. Mis condolencias a los familiares, y al pais que ha perdido a un hombre decente.
Mi sentido pésame a su familia... Me encuentro lejos de mi tierra panameña, pero tengo muchos meses de estar dandole seguimiento en los diarios sobre la inseguridad e incertidumbre que viven los panameños en estos momentos, es inaudito que la situación cada día sea más peligrosa y no hay ni tan siquiera un plan de acción para mejorar esta situación...Dios nos coja confesados!!!
ANEL OMAR RODRÍGUEZ: MÁRTIR DE LA CULTURA PANAMEÑA
DANILO UMAÑA SACASA
La muerte de Anel Omar Rodríguez me encontró esbozando la Propuesta para una política nacional de cultura, el miércoles 10 de esta semana, once días antes de celebrarse el Día Internacional de la Poesía.
Y quizás por esas extrañas coincidencias de la vida en que meditaba precisamente en el modelaje de la organización del Premio Nacional de Literatura de Panamá, la muerte del funcionario canalero me ha dolido con más intensidad.
Conocí a Anel Omar Rodríguez, Director del Instituto Nacional de Cultura, de Panamá, en octubre del año recién pasado con motivo de la Semana “Ricardo Miró” con que se rinde homenaje a las y los escritores panameños.
Aquella fue una jornada intensa y literariamente nutritiva que compartí -entre otras personas- con el poeta Otoniel Guevara. Él en su carácter de Jurado en el Certamen de Novela, y quien firma esta nota en carácter de Jurado en el Certamen de Cuento.
Anel Omar demostró especial talante para conformar un equipo humano que inspiraba sueños y esperanzas para la cultura panameña. Logró imprimirle, además, una mística de trabajo excepcional que nosotros, los jurados no panameños, pudimos conocer y reconocer. Aquella gente liderada por Anel Omar derramó atenciones para hacernos sentir en casa. Y lo logró con facilidad.
En su gestión oficial le correspondió remozar el edificio del Teatro Nacional de Panamá con motivo de la conmemoración del Centésimo Aniversario de su fundación. Además promovió el mejoramiento de la Orquesta Sinfónica y el Ballet Nacional, así como la reactivación de galerías, museos y varias salas de exhibición a lo largo del país.
Mérito especial fue hacer llegar a Panamá grupos artísticos que jamás habían pisado suelo canalero.
Lucy Cristina Chau, Premio Nacional de Poesía 2008, de Panamá, al reaccionar ante la muerte de Anel Omar afirmó que “la obra más importante se conocerá más adelante, ya que justo en estos momentos su despacho trabajaba en una propuesta para la creación de la Ley de Cultura con el asesoramiento de varios expertos nacionales e internacionales”.
Al momento de su deceso Anel Omar se disponía a despedir al maestro cubano Raúl Martín, director del Grupo de Teatro que había puesto en escena la obra Babilonia Way of life de la autora panameña Alondra Badano.
Informes originados en la capital canalera consignan que Anel Omar murió en el fuego cruzado entre los asaltantes de un camión blindado de transporte de valores y agentes de seguridad de la Lotería Nacional de Panamá.
En otras palabras -desechando la pretensión de sonar irreverente- Anel Omar Rodríguez murió con las botas puestas, seguramente como le hubiera gustado morir. Por ese fenómeno paradójicamente aterrador y simbólico, su muerte lo convierte en un mártir de la cultura panameña.
Antes de ser nombrado en el 2007 como Director del INAC por el Presidente Torrijos, Anel había desempañado el cargo de Embajador de Panamá en Cuba. Allá armó lazos profesionales y de hermandad con una serie de artistas que luego le ayudaron a potenciar el INAC y la cultura canalera.
Anel Omar Rodríguez deja un vacío en su país, en Centro América, y en quienes lo conocimos. Por eso dejo mi hombro para aliviar el dolor de Panamá y para quienes lo conocieron, y suelto la ternura de mis brazos para quienes sufren y lloran su marcha inesperada.
Lamento mucho que mi dolor, mi repudio, mis hombros y mis brazos no sean suficientes para terminar con esta violencia innecesaria que se lleva a un hombre sensible y luchador.
Danilo, tu comentario fue lo que pensé al oír esa noticia que desarmó mi día... "Murió Anel Omar en el cumplimiento del deber"---
Que no muera el Arte ni la Poesía, destruyeron su cuerpo, no sus ideas!
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