
Nos fuimos cargados de cuentos, música, imágenes, versos y pasión, y regresamos enriquecidos con el sabor dulce de la tierra generosa de Azuero, el olor del mar antiguo que llega a ese viejo asentamiento americano, el sonido de las castañuelas del diablico resonando alegre en los oídos, la visión mágica de una noche infinita y constelada como sólo se da en esa hermosa península.
La próxima parada será en David, Chiriquí el próximo mes de septiembre. Por ahora, si desea saber más de este viaje cultural, le invitamos a leer la crónica de Edilberto "Songo" González Trejos [[AQUÍ]].